viernes, 22 de marzo de 2013

El buen vivir

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domingo, marzo 17, 2013


Otra postura política para lo jurídico

Es notorio que en la teoría y la práctica del derecho, actualmente el discurso de los derechos humanos prevalece en la concepción y aplicación de todo ordenamiento jurídico occidental o bajo su poder, como ocurre con lo que podríamos denominar las formas jurídicas de los pueblos originarios, sometidos a los límites que la Constitución y la ley imponen desde los discursos políticos y académicos de los derechos fundamentales  y humanos. Sin embargo, existe un relativo nuevo discurso que, concienciando sobre nuestra situación como seres  naturales y sociales, va más allá del humanismo recalcitrante que otorga derechos a los seres humanos como  especie "inteligente". En un mundo humano injusto y por naturaleza egoísta y cruel, el discurso de los derechos humanos, acompañado de una práctica de profesionales solidarios, ha frenado buena parte de los atropellos con los que el ser humano trata a sus congéneres y el hábitat planetario;  pero este discurso, hoy por hoy, es insuficiente, porque la crisis de la humanidad es la crisis del planeta Agua en su totalidad. 

En el trasfondo del modelo imperante está lo que el Gran Jefe Seattle señaló en su famosa carta al presidente Franklin Pierce en 1854: que el modelo de vida del hombre blanco es destructivo. Con un planeta cada vez más sucio y pequeño para la ambición humana, el derecho debe concebirse en función del equilibrio planetario, que es un asunto en el que el ser humano, como parte del planeta y no su dueño y superior, debe intervenir siendo el único responsable del desastre. 

Otorgar los derechos que se reserva para sí a los demás seres naturales y espirituales sería el primer paso necesario para posibilitar un verdadero equilibrio, armonía y justicia planetaria. Recordemos que nuestra propia Constitución reconoce la existencia de una fuerza espiritual superior llamada Dios, a la que invoca como protectora, por lo que nuestro ordenamiento jurídico no escapa a esas categorías de la espiritualidad humana. Quizá esa fuerza radique, como pensó Tales,  en aquello que somos desde el principio: agua.  

Cuándo empieza la existencia del ser humano el agua es lo que somos, circulando y transportando la vida por el fluir de la sangre (Emoto, 2001). En Ecuador (2008) y Bolivia (2009) existen modelos de  constituciones que ya no hablan del bienestar humano individual y colectivo como fin del proyecto de país, sino del buen vivir, apegado al concepto de los originarios ecuatorianos andinos del Sumak Kawsayr. Apegado al Plan Nacional del Buen Vivir para la República del Ecuador (2009-2013), y obviando las mezquinas tendencias  y diferencias que pueda haber sobre la pequeña política, los elementos que constituyen este concepto pueden encontrarse en la siguiente clasificación, necesaria para una nueva concepción de lo jurídico: 1) La satisfacción de las necesidades humanas, 2) La calidad de vida de los seres humanos en armonía con los demás seres 3)La muerte digna para todos, hombres, naturaleza y espíritus, 4) Amar y ser amado, 5) Florecimiento saludable de todos en armonía con la naturaleza, 6) Prolongación indefinida de las culturas, 7) Tiempo libre para la contemplación y lúdica, y 8) la emancipación y ampliación de las libertades, capacidades y potencialidades. 

6 comentarios:

  1. En la actualidad los derechos humanos influyen en el comportamiento de nuestra legislación en general en todas las formas jurídicas de Colombia, donde se ubica como punto relevante a los pueblos originarios, pero no solo sometidos a discursos políticos sino incluidos dentro de la normatividad y cobijados de alguna manera por los estatutos inmersos en los derechos humanos y en los acuerdos firmados y ratificados por Colombia. Sin embargo, la naturaleza humana y su espíritu egoísta, injusto y en ocasiones cruel, no permite que los derechos adquiridos por las comunidades indígenas les sean reintegrados en su totalidad, por el contrario pese a la normatividad se siguen cometiendo serios atropellos generando crisis social, y ratificando que el hombre blanco y su espíritu destructor nos están llevando cada día al desequilibrio, al desastre; es entonces importante reconocer los derechos inmersos en nuestra Constitución Política y colocar en práctica tomando en cuenta que somos iguales en derechos y Obligaciones, y que así como tenemos prevalencia por lo que se nos ha otorgado, también tenemos obligaciones que acatar para cumplir y hacer cumplir nuestro ordenamiento jurídico.

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  2. Basados en el discurso del video del Dr. Alberto Acosta, realizado en Bonn Alemania hace un año, es posible concluir que si bien el desarrollo de la especie humana en nuestro planeta, su sociedad y crecimiento económico tal como se lo planteo en 1949 por el presidente Harry Truman, es claramente una necesidad y un propósito solidario para garantizar la equidad en la distribución de la riqueza y el desarrollo de todos los países, plantea también un conflicto con la capacidad limitada que nuestro planeta tiene para aportarnos recursos, esto sumado a una falta de conciencia y aprovechamiento mediante el reciclaje de los desechos, han convertido la tarea en un conflicto ideológico, una disyuntiva de implicaciones económicas, sociales, políticas y culturales que afectan a todos los países del mundo, hoy por hoy sin importar si son países denominados desarrollados o los otrora llamados subdesarrollados, pues como bien lo plantea el Dr. Acosta, la crisis económica mundial ha afectado por igual al mundo Europeo como al Latinoamericano.
    La capacidad para comprender la existencia de ese conflicto constituye el punto de partida para el diseño de proyectos de desarrollo humano que resulten ecológicamente sustentables. Por otra parte, los proyectos de desarrollo que parten de modelos económicos que promueven la extrema polarización de la riqueza creada y la exclusión social, tampoco son sustentables y tienden a generar, en el campo político, situaciones conflictivas de igobernabilidad y violencia. Comprender el conflicto existente entre los modelos socialmente excluyentes de crecimiento económico y la promoción de los derechos humanos y la democracia es imprescindible para estar en condiciones de diseñar modelos y políticas alternativas de desarrollo sustentable. Si bien esta lucha nos corresponde a todos por igual, es necesario reconocer que son los pueblos indígenas quienes lideran esta batalla por el respeto y la protección del recurso no renovable mas importante de todo el mundo “Nuestro medio ambiente

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  3. Interesantes los planteamientos del Dr. Alberto Acosta respecto al concepto del "Buen Vivir", buscando la construcción de una sociedad en armonía.

    Llama la atención el concepto integral de vida en armonía, que parte desde el interior del individuo en paz consigo mismo, de éste con la comunidad, entre los mismos grupos sociales y el individuo, y de la colectividad con la NATURALEZA.

    Novedoso conocer que estas ideas fueron extractadas y aprendidas de las experiencias de las comunidades indígenas de varios países latinoamericanos, tales como Ecuador y Bolivia, que incluso han incorporado estas vivencias en sus ordenamientos constitucionales.

    Se destaca la valoración del "Buen Vivir" en el contexto individual y familiar, extendido igualmente como una nueva propuesta de desarrollo económico y social que busca que la economía se ponga al servicio de los seres humanos y no solo del capital, permitiendo la solución de los conflictos sociales en conjunto, para un beneficio colectivo y no de unos pocos sectores privilegiados, proceso que depende de un cambio cultural radical, pero impulsado necesariamente en el fortalecimiento de la democracia y la voluntad política, con la finalidad de implementar modelos de economía solidaria, comunitarios, asociativos y cooperativos como alternativa de desarrollo sólidos y sustentable.

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  4. La redefinición del buen vivir y de la prosperidad, considero que debe entenderse fundamentalmente como la transición gradual entre una civilización antropocéntrica y una “civilización biocéntrica”, es decir, centrada fundamentalmente en la vida, lo que obviamente implica el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza y por ende lo que implica el buen vivir, de modo que no se dependa necesariamente del crecimiento económico infinito. Implica también, defender la soberanía alimentaria de cada país. Cada comunidad debe controlar los alimentos que produce y consume, acercando consumidores y productores con un objetivo básico que consista en la defensa de una agricultura campesina y prohibiendo la especulación financiera con los alimentos. Debe hablarse también de un “consumo responsable” que incluya una nueva ética del cuidado y del compartir; una preocupación permanente contra la obsolescencia artificial de los productos (el famoso desechable); una preferencia por los bienes producidos por la economía social y solidaria, la cual se basa en el trabajo colectivo y no en el capital; y un rechazo del consumo de productos realizados a costa del trabajo esclavo (las grandes cadenas). Sería bueno conocer cuál es nuestro aporte para contribuir a “buen vivir” y cuál es el proyecto de desarrollo humano que estamos construyendo, como estudiantes de derecho de la UCC?

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  5. Me gustaría empezar con la destacada frase del economista y político Ecuatoriano Dr. Alberto Acosta, en el cual afirma que. "Nosotros tenemos que entender que no se puede seguir por la misma senda que se ha venido transitando hasta ahora"....pues para llegar a alcanzar el anhelado deseo del buen vivir, se deben replantear las actuales políticas y formas de convivencia que desarrollamos en nuestras sociedades “modernas”.
    Resultó bastante atrayente la temática desarrollada durante la ponencia del Dr. Acosta dado que no nos planteamos a menudo respecto a si estamos no solo en condiciones aptas, sino si estamos en un estado de “buen vivir”, pues creemos que es la tecnología, “el modernismo” y el “desarrollo” el que nos brinda una buena calidad de vida y nos hace felices; pero si viéramos la cuestión desde otra óptica, una más amplia, en la cual entendamos que así como los indios, los pueblos aborígenes quienes han sido contemplados en las constituciones de Bolivia y Ecuador, tal vez sea necesario volver a la tierra, a lo autóctono, a la aldea, al respeto y plena convivencia con la naturaleza, a aquello que es simple y natural, craso error cometemos al creer lo contrario, puesto que insistimos en continuar devastándolo como lo venimos haciendo desde hace más de 500 años, que en conjunto resalta la ideología del filósofo inglés Francis Bacon quien afirmaba que hay que dominar y utilizar a la naturaleza para hacer feliz al hombre.
    Ahora vale replantearse dicha teoría actual, aplicándola al contexto universitario, invitaría a cada uno a reflexionar preguntándonos: ¿será que estamos haciendo un aporte comunitario, social y cooperativo a nuestra sociedad para que podamos convivir en un aspecto más global pero enfocado en la aldea para poder alcanzar el deseado “buen vivir”?

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  6. La transición gradual fue un cambio por etapas ya que este buen vivir del que se habla ha venido sofriendo diferentes cambios desde los primeros habitantes que gozaban de una naturaleza sana, donde se alimentaban bien Vivian muy bien pero más sin envaro el mundo cambio y se trasformó, en este momento los que se quiere o se pretende rescatar algo de la madre tierra cundo uva tanto que hacer antes pero es ahora donde se ve la necesidad prácticamente para poder entender que por culpa de tantos conflictos internos se ha ido perdiendo la raza la etnias es entonces cuando el estado mira en los indígenas que son los únicos que aman sus tierras y sus orígenes y empiezan a dar un poco de esos benefician que ahora les llega como es la restitución de tierras entre otras cosas, ojala que dando esto se recupere el mundo que todos deseamos para nuestros niños que son ellos el futuro del mundo.

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